Oraciones da imprimir

Cada día, a las 6 de la tarde, se rezarán estas oraciones antes de la pintura del Santo Rostro

en la casa de Marie-Julie Jahenny

Sor María de San-Pedro, Carmelita de Tours

El 24 noviembre siguiente, Nuestro Señor se le apareció y se abrió completamente a esta alma:

Hasta ahora, le dijo, le he mostrado poco a poco el diseño de mi Corazón. Ahora quiero revelarle completamente. La tierra está repleta de crímenes y la violación de los primeros tres mandamientos de Dios ha molestado a mi Padre.  El Santo Nombre de Dios blasfemado, y el Santo Día del Señor profanado han saturado la medida de las iniquidades. Estos pecados se han acumulado hasta el Trono de Dios y han provocado su ira, la cual estallará pronto si su justicia no está apaciguada. Jamás han llegado estos crímenes a tal punto. Deseo con un deseo ardiente, que se pueda formar una asociación bien aprobada y bien organizada para honorar el Nombre de mi Padre”. Y Nuestro Señor le hizo entender que por este medio quería perdonar a muchísimos pecadores.

El 7 de diciembre, una nueva e importante comunicación. Nuestro Señor le hizo ver hasta cual punto Francia estaba provocando su venganza por todos los blasfemos de los cuales estaba culpable. Le hizo saber que no podía más estar en esta Francia la cual, como una víspera, le estaba rastrando el vientre de la suya misericordia, hasta el sangre. La misericordia sería reemplazada por la justicia, y desbordaría cuanto más habría esperado”. Entonces, asustada por estas amenazas terribles, dijo: “Señor mío, puedo pedirle algo? Si hacemos esta reparación que deseas, perdonarás una vez mas a Francia?”

Le perdonaré una vez mas”, respondió Nuestro Señor, “pero escúchame bien: una sola vez. Este pecado de blasfemo se está extendiendo en toda Francia y públicamente, de modo que esta reparación tiene que ser pública y extenderse en todas la ciudades de Francia. ¡Ay de aquellas ciudades que no hagan esta Reparación!

Otra vez, Nuestro Señor le dijo “que quitaremos la espada de las manos de Dios si hacemos reparación, y que esto El lo deseaba ardientemente para hacer misericordia”.

Luego esta alma piadosa escuchó Nuestro Señor decirle, desde el fondo de su tabernáculo: “vosotros que sois mis amigos  y mis fieles hijos, veis si hay un dolor como el mío. Mi Padre sufre insultos, mi Iglesia está despreciada: No se levantará ninguna persona para defender mi causa? No puedo más quedarme con este pueblo ingrato, torrentes de lágrimas fluyen de mis ojos: como es que no pudiera encontrar alguien para secar mis lágrimas haciendo reparación a la gloria de mi Padre pidiendo por la conversión de los culpables?”

Mas recientemente toda vía Nuestro Señor le dijo: “Francia se ha vuelto feísima a los ojos de mi Padre; está provocando su justicia: si no intentáis obtener misericordia, será castigada”.

Durante el año 1845, la luz se hizo más clara que nunca sobre la necesidad de esta obra de reparación que debía redimir Francia; y Nuestro Señor dio a conocer a la monja que el crimen del blasfemo, atacando a Dios directamente, renovaba los insultos que, durante la Pasión, habían cubierto su Faz adorable; que era precisamente esta misma Santa Faz que insultaban los blasfemadores. A través de esta obra de reparación Jesús le ofreció como una moneda preciosa marcada de su efigia para que se le ofrezca para calmar la ira de Dios y obtener el perdón de los culpables.

De vez en cuando la monja recibía nuevas comunicaciones sobre el mismo tema. Ella oraba y sufría siempre para obtener el establecimiento de la obra. Predecía muchos datos que los acontecimientos verificaron; predijo daños quince días antes de las inundaciones. Veía constantemente la mano de Dios levantada para castigar a Francia, y anunciaba nuevos castigos, si no se hiciera violencia al cielo por medio de la oración, la penitencia, y el establecimiento y la propagación de la obra de reparación por los blasfemos y las profanaciones del Santo Día del Domingo.

Las promesas de Nuestro Señor para los que lo honran con la devocion a su Santa Faz

- Por la marca que ha dejado mi humanidad sus almas serán penetradas de vívida luz por mi Divinidad, de modo que brillarán más que muchas otras almas en la eternidad.

- En la muerte limpiaré la cara de sus almas, restaurando en ellos la imagen de Dios, desviada por el pecado.

- Todos aquellos que honren a mi santo Rostro con espíritu de reparación, harán la obra misma de Verónica y grabaré en ellos mis rasgos divinos

- Esta Santa Faz es como la huella de la divinidad que tiene el poder de grabar la imagen de Dios en las almas que recuren a ella

- Según la bondad que se ponga en restaurar mi apariencia desfigurada por los blasfemos y la impiedad, yo protegeré la apariencia de sus almas desviadas por el pecado.

- Grabaré en estas almas de nuevo mi imagen y las haré tan bonitas como lo fueron cuando salieron de la pila bautismal.

- Por mi santo Rostro aplacarán la ira de Dios y atraerán del Cielo misericordia sobre los pecadores, como si fuera con una moneda divina.

- Por las ofrendas a mi santo Rostro nada les será negado. Hablaré yo mismo a mi Padre de todas sus preocupaciones.

- Por mi Santo Rostro harán prodigios,  iluminaré estas almas por mi luz, las envolveré de mío amor, las daré la perseverancia en el bien.

- Ninguna de ellas andará separada de mí

- Yo defenderé delante de mi Padre la causa de todos los que trabajan para la reparación de mi Santo Rostro con oraciones, con palabras o con escritos,

- A la hora de la muerte, purificaré sus almas de todas las suciedades del pecado y les devolveré su belleza original.

Extractos de las revelaciones privadas de Santa Gertrudis (1256-1302), Santa Matilde (1241-1299), y Sor María de San Pedro (1816-1848).

Acto de alabanza y reparación: “Flecha de Oro”

Este acto de alabanza se dirá tres veces, para honrar las tres personas de la santísima Trinidad. En honor del Padre, en honor del Hijo, en honor del Espíritu Santo.

Que el más santo, más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Dios sea por siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado en el cielo, en la tierra, y bajo la tierra por todas las criaturas de Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.

Invocaciones a la Santa Faz de Nuestro Señor, en reparación por los blasfemos i para pedir a Dios la conversión de los blasfemadores, por la Santa Faz de Su Adorable Hijo.

Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue contemplada con profundo respeto por María y José, cuando te vieron por primera vez, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llenó de gozo en el establo de Belén a los ángeles, a los pastores y a los Magos, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable hirió como una flecha de amor al santo anciano Simeón y a Ana la profetisa, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se llenó de lágrimas en tu santa infancia, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llenó de admiración a los doctores de la Ley, cuando fuiste al templo a los doce años, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es blanca de pureza y roja de caridad, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es más hermosa que el sol, más clara que la luna, más brillante que las estrellas, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es más amorosa que las rosas primaverales, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es más preciosa que el oro, la plata y los diamantes, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuyos encantos y gracias de tu adorable Faz conquistan todo los corazones, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es la mas noble en todas sus características celestiales, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es contemplada por los ángeles, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es venerada por los Santos, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es la obra maestra del Espíritu Santo, en la cual el Padre pone todas sus complacencias ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue las delicias de María y José, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es el espejo inefable de las perfecciones divinas, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable tiene una belleza siempre antigua y siempre nueva, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable aplaca la cólera de Dios, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable hace temblar a los demonios, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable es el tesoro de inagotables gracias y bendiciones, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue expuesta en el desierto a los rigores de la intemperie, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue abrasada por los ardores del sol y bañada de sudor en los viajes, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable tenía una expresión totalmente divina, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llena de modestia y de dulzura, atraía a los justos y a los pecadores, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable besaba santamente a los niños, después de haberlos bendecido, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se turbó y lloró ante la tumba de Lázaro, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se tornó resplandeciente como el sol y radiante de gloria sobre el monte Tabor, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se contristó a la vista de Jerusalén y derramó lágrimas sobre aquella ciudad ingrata, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se prosternó en tierra en el huerto de los Olivos y sintió la confusión de nuestros pecados, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se cubrió de sudor de sangre, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue besada por Judas, el traidor, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llenó de terror a los soldados y los derribó en tierra, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue abofeteada por un infame criado, cubierta con velo de ignominia y profanada por las manos sacrílegas de tus enemigos, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue escupida y maltratada con tantos bofetones y golpes, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable hirió con su divina mirada el corazón el San Pedro, con dardo de dolor y de amor, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue humillada por nosotros en los tribunales de Jerusalén, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable conservó su serenidad cuando Pilatos pronunció la injusta sentencia, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable cubierta de sudor y de sangre, cayó en el lodo bajo el enorme peso de la cruz, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable merece todos nuestros respetos, nuestros homenajes y nuestras adoraciones, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue enjugada con un sudario por una piadosa mujer, en el camino del Calvario, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue coronada de espinas, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable derramó lágrimas de sangre, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable tuvo la divina boca amargada con hiel y vinagre, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable tuvo los cabellos y la barba arrancados por los verdugos, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llegó a parecerse a la de un leproso, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se escureció con la horrenda nube de los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable se cubrió con las tristes sombras de la muerte, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue lavada y perfumada por María y las santas mujeres y cubierta con un sudario, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable fue encerrada en el sepulcro, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable apareció toda resplandeciente de gloria y de hermosura el día de la Resurrección, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable estuvo deslumbrante el día feliz de la Ascensión, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable está oculta en la Eucaristía, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable aparecerá al fin de los tiempos con gran poder y majestad, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable hará temblar a los pecadores, ten piedad de nosotros.

Oh Jesús! Cuya Faz adorable llenará a los justos de alegría por toda la eternidad, ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Oremos: Te saludo, te adoro y te amo, O Jesús, mi salvador, cubierto de nuevos ultrajes por los blasfemadores; y te ofrezco en el corazón de la divina María, como un incienso y un perfume del agradable olor, los homenajes de los ángeles y de todos los santos, pidiéndote humildemente, por la virtud de tu Santa Faz, reparar y restablecer en mi y en todos los hombres, tu imagen desfigurada por el pecado. Amen.

Oremos: Te saludo, te adoro y te amo, O adorable Faz de Jesús amado mío, noble sello de la Divinidad; me empleo a ti de todo el poder de mi alma y te ruego imprimir en nosotros tu divina semejanza. Amen.

Coronilla a la gloria del Santo nombre de Dios para la reparación de los blasfemos

En luego del Credo se dice:

Te adoramos, O Jesús, y te bendecimos, porque has redimido el mundo por tu Santa Cruz.

En las tres pequeñas perlas decimos:

Que el Santo Nombre de Dios sea glorificado par la Santísima Alma del Verbo encarnado.

Que el Santo Nombre de Dios sea glorificado par la Santísima Alma del Verbo encarnado.

Que el Santo Nombre de Dios sea glorificado par la Santísima Alma del Verbo encarnado.

En las cincos perlas grandes decimos:

Te invocamos, O Santísimo nombre del Dios viviente, por la boca de Jesús al Santísimo sacramento, y te ofrecemos, por las manos benditas de la divina María, todas las santas huestes que están en nuestros altares, en sacrificio de paz honorable y de reparación  por todos los blasfemas que insultan tu Santísimo Nombre.

En cada pequeña perla de la decena, decimos:

Te saludo, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te reverencio, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te adoro, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te glorifico, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te alabo, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te admiro, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te celebro, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te exalto, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te amo, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Te bendigo, O nombre sagrado de Dios viviente, por el Corazón de Jesús en el sagradísimo sacramento.

Oración de santa Teresita a la Santa Faz

O Jesús, que en tu cruel pasión has sido el vituperio de los hombres y el hombre del dolor, yo adoro tu divina Faz, en la cual brillaban la belleza y la dulzura de la divinidad, y que ahora parece como la Faz de un leproso. Pero bajo estos rasgos desfigurados yo reconozco tu amor infinito, y me consumo en el deseo de amarte y de hacerte amar por todos los hombres. Las lágrimas fluyendo tan profusamente de tus ojos me aparecen como perlas preciosas y me gusta recogerlas para redimir con tu infinito valor las almas de los pobres pecadores.

Faz adorable de Jesús, única hermosura que arrebata mi corazón. Por tu amor acepto no ver aquí abajo la blandura de tu mirada, ni sentir el inefable beso de tus labios, pero te suplico imprimir en mí tu divina semejanza, te suplico que me abrases con tu amor, el cual me consuma rápidamente y me conduzca pronto a ver tu Rostro glorioso en el Cielo. Amen.

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